miércoles, 16 de diciembre de 2009

El limite del arte de Ai Weiwei



Es innegable, al menos para mí, que los senderos del arte son de trascendencia y misticismo, una forma de expresión y entender el mundo muy particular. En términos generales según la versión del diccionario del RAE: "Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros."
Agregaría que de por sí, la misma actividad ya es arte. El movimiento, incluso la inactividad, son partes de un todo que ofrecen un significado distinto a cada observador. Otra cuestión estriba es si puede haber arte sin observador, a mí parecer, sí.
Pero la intención de este escrito es saber, que limites morales y éticos ocupan la creación del arte. Esto viene al caso, al leer la entrevista al señor Ai Weiwei en La Contra de la Vanguardia del día 16/12/09. En ella :


Rompió un jarrón de la dinastía Han…

Quería fotografiar el momento en el que se hacía pedazos. De hecho rompí dos, porque con el primero no pude captar ese instante.

¿Otro jarrón de 2.000 años?

Sí, y me sentí mal. Pero el arte está más allá de esa división entre el bien y el mal. Era una manera de liberarme de mis propios gustos, de mi forma subjetiva de pensar.


Para crear esas imágenes el artista entrevistado tuvo que destrozar un jarrón de la dinastía Han, es decir destruyo arte para crear otro tipo de arte. Por esto se sintió mal. Ahora llegamos al meollo de la cuestión, manifiesta si ningún tipo de pudor que el arte está más allá de esa división entre el bien y el mal. Discrepo de esta afirmación, por esa regla de tres podríamos justificar el mal en pos de una entidad superior. En extremo se podría disculpar el asesinato de una persona con tal de poder reflejar su agonía de una forma artística. Podríamos imaginar al malvado "Jocker" con su propio museo de atrocidades y colas de kilómetros de gente ansiosa por ver tal desaguisado.
El arte, cómo producto o apreciación del ser humano, también tiene que ser limitado moralmente y esas delgadas líneas son las mismas que nos dirigen en la vida.