miércoles, 29 de mayo de 2013

NIHIL EST AETERNUM

Nada es para siempre me repito una y otra vez,
aún así sé que hay un rumor de silencio que no acallará nunca.

A veces las paredes y el aire se equivocan de excusas,
manifiesta  inconstancia del aire que no dejas de respirar.

Sueños y trípticos de una vida acorralada sin fronteras
límites inconstantes que tanto tienden a cero como al infinito,
qué más da, si  sólo deseas beber del agua del rio Leteo
absorber olvido aunque sea en el Hades.

Dicen que la suerte está escrita en rojo en un códice
y  arrancar su última página sólo pueden los héroes.

Hay veneno más voraz que la vida.

Quisiera tener la virtud de clavarme un gladius en el corazón
pero mis manos tiemblan con sólo acariciar la empuñadura de cuero,
cobardía inata de un egoísmo  sucio y razonable.

¡Oh Federico! Hazme girar el corazón con tus letras sin la necesidad del viento
ser veleta sin querer arremeter contra el destino de un códice rojo.

Nada es para siempre me repito una y otra vez,

aún así sé que hay un rumor de silencio que no acallará nunca.