Las mañanas que tengo fiesta, es decir que no trabajo, me gusta ir al bar con un buen libro y tomarme un café con leche. Tengo que admitir que tengo debilidad por el café del bar, no tiene el mismo sabor que el yo hago en casa. Cafetera de embudo, Nespresso o cualquier invento casero, no se asemeja ni de lejos a un buen café de bar. Claro esta que no todos los bares hacen un buen café ni por asomo. Así que la cuestión es encontrar el establecimiento que tenga una relación de buen servicio, tranquilidad y buen café es esencial. Con suerte existe justo al lado de casa uno, un bar tranquilo sin mucha gente, personal huraño en palabras y un buen café. Lo que se traduce en media hora, minuto arriba minuto abajo, de buena lectura. Pero a veces no sé puede evitar romper la concentración al escuchar alguna conversación ajena. El otro día sin ir más lejos escuche una que no me dejó indiferente. En una de las mesas contiguas se sentaron tres jovencitas muy monas de unos veinte años a les que no les preste mucha atención. No fue hasta que al cabo de un buen rato oí decir a una de ellas.
“Yo creo en la reencarnación y tengo a seguridad de que en
otra vida he sido alguien importante. No sé… alguien como Cleopatra o Marilyn
Monroe… con poder de seducción. “
Aquello frase me hizo reflexionar, no por la
intranscendencia de la misma, si no por el hecho mismo de la reencarnación como
creencia. De donde proceden todas las almas nuevas con el tiempo. La mayoría
afirman que son la reencarnación de Fulano o Mengana, aunque lo más seguro es
que sea el alma de cualquier idiota de mierda. Pero si analizas bien, es
imposible. Busco rápidamente en Dr. Google, que haríamos actualmente sin él,
encuentro que la población mundial se ha duplicado en treinta y cinco años.
Entonces llegamos al meollo del asunto, si como creyente crees en un alma
eterna, entonces solo tienes el 50% de probabilidad de que tu alma tenga más de
treinta y cinco años. Y para que tu alma
tenga más de 200 años ni te cuento, dejo los cálculos para otro, a alguien
reencarnado de un matemático.
Aparece la pregunta, si existe la reencarnación, la mayoría de
nosotros somos novatos, almas nuevas. Más bien creo que la reencarnación es la
forma poética de hablar de la memoria colectiva. Algo así como que estamos
influenciados por el conocimiento adquirido por seres anteriores y esa
información viaja en el tiempo y espacio para moldearnos tal y como somos. Una
especie de telepatía generacional. No obstante el alto nivel de estupidez
actual dejaría en entredicho mi teoría o la avalaría, si la estupidez fuera un
alto valor a transmitir, quien sabe, eso explicaría muchos comportamientos.
Llegado a ese punto, mejor seguir leyendo y saborear el
café.
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